Alma Priscila Melo Martínez, Asistente de la Maestría en Estudios Regionales
Alma Priscila Melo estudió la licenciatura en Etnohistoria en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y se encuentra realizando su tesis. Actualmente trabaja como asistente de la maestría en Estudios Regionales del Instituto Mora.
¿Cómo llegaste al Instituto Mora?
Pues Libertad, que era asistente de Diana, me comentó que había un proyecto de digitalización para Secuencia y me dijo que dejara los papeles para ver si podía entrar, porque además yo estaba sin trabajo, recién había terminado la licenciatura, había cubierto los créditos y estaba en el proyecto de tesis, pero necesitaba una fuente de ingresos. Traje los papeles y coincidió con que Karla Eguiarte, quien era la asistente de la coordinación anteriormente iba saliendo, creo que le caí bien a Diana de entrada y así fue como me aceptó.
¿Cómo es tu trabajo en la coordinación de la maestría en Estudios Regionales?
De entrada, en la vida jamás pensé ser asistente de nada porque no sabía que existía eso. Los alumnos de la maestría son muy accesibles, todos, es fácil tener una buena relación con ellos y el ambiente laboral es muy agradable. Ari me ayudó mucho cuando entré porque no sabía absolutamente nada, no sabía cómo se hacía un oficio, por ejemplo, y ella me ayudó mucho, entonces, el ambiente ha sido muy agradable. Hay días que se carga un poco el trabajo, que son a final de semestre o a principios, pero realmente no es un trabajo que me pese hacer, y además la paso bastante bien aquí. Estoy con las chicas de la dirección, y aunque no salgo mucho, me encuentro a la gente del Instituto de entrada o salida, y creo que el ambiente del Instituto es muy agradable. No me ha tocado tener fricciones con nadie y además sí siento como que hay, aparte de una buena relación de compañeros, sí es fácil entablar una buena amistad con la gente y eso es raro en la mayoría de los trabajos porque surgen conflictos, supongo que los hay, no me ha tocado, pero no me parece que sea difícil superarlos porque la gente propicia un ambiente agradable, los investigadores propician eso y en general toda la gente es muy accesible.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Lo que pasa es que lo que me gusta hacer es algo muy pose, me gusta mucho leer, todo mundo dice que le gusta leer, pero lo dudo mucho. Me gusta mucho caminar en la ciudad, en el centro, que es de las partes que más me gustan, y es que soy medio pata de perro, y en general, mi vida puede ser como muy sencilla, me gusta ver películas, casi todas las películas, excepto las de acción, sobre todo las hollywoodenses, de caricaturas tampoco. Me gustan mucho los documentales desde históricos, medio ambiente y todas esas cosas. Me gusta mucho viajar, aunque la playa no me gusta por que soy alérgica al sol, así que prefiero acampar porque es algo que hago desde siempre, pero en general siempre viajar es agradable, a donde me inviten yo voy.
¿Por qué estudiaste Etnohistoria?
Yo estudié antes Biología, en la UNAM, y me salí por que no fue una carrera que me gustó. Pensaba cambiarme a Historia en la UNAM pero las fechas de convocatoria estaban lejanas, tenía que esperar casi un año para poder ingresar a la carrera. Justo cunado dejé de estudiar Biología abrieron la convocatoria en la ENAH y decidí meterme, hice el propedéutico, revisé el plan de estudios, yo quería estudiar Arqueología, pero no me gustó el programa de Arqueología. Revisé el de Historia, que tampoco me gustó, revisé el de Antropología Social, que se acercaba un poco más a lo que quería y finalmente vi Etnohistoria, que se acercaba más a la historia pero que se acercaba a la parte antropológica y por eso decidí quedarme en Etnohistoria. Nunca fue premeditada la idea de estudiarla, cuando era niña no decía ¡quiero ser etnohistoriadora!
¿Cuál sería tu campo de trabajo ideal como etnohistoriadora?
A mí me gustaría trabajar el periodo de México en el siglo XX, la etnohistoria generalmente no se presta mucho a eso, está más cercana a la colonia, al periodo prehispánico y a mí no me gusta mucho ese periodo. Entonces, me gusta más lo que es el siglo XX, pero para eso necesito hacerme de otras herramientas que la etnohistoria no me dio, por que finalmente la carga de la currícula no estaba pensada para este periodo. Pero bueno, de entrada, he trabajado mucho en archivos, desde organización, consulta, y haciendo entrevistas, que soy muy mala haciéndolas, y además me da mucha pena hablar con la gente, pero finalmente he podido hacer muchas cosas.
¿Sobre qué trata tu proyecto de tesis?
Originalmente estaba pensado para revolución mexicana. El ejército zapatista, participación de mujeres, varias cosas que tenía yo en mente, pero ahora, con el proyecto de Diana y todo esto que está revisando imágenes de la basílica de Guadalupe le estoy ayudando un poco, pero no tenía caso trabajar doble haciendo lo de Diana y aparte lo mío. Entonces estoy replanteando todo el proyecto para no duplicar el proyecto y creo que voy a acabar haciendo algo de la Virgen de Guadalupe, pero bueno, como la tesis uno pocas veces la hace de lo que realmente uno quiere, pues no lo veo tan complicado. Después de terminar la tesis quiero hacer una maestría en Historia. El programa del Mora me gustó pero las fechas de convocatoria no coinciden con mis tiempos, entonces creo que la otra opción es en la UNAM, que es donde también me gustaría hacer una maestría.
¿Cómo te ves de aquí a cinco años?
Pues yo espero ya haber terminado la maestría. El doctorado es como una buena idea pero trabajar también es como necesario, entonces, digamos, lo que se me atraviese primero. El doctorado sí es algo que me gustaría hacer pero igual va pasito a pasito, primero la licenciatura, luego la maestría y ya. Aparte de lo académico, en lo personal, no me imagino en cinco años. No me gustaría salir del país, tengo el ombligo muy arraigado a mi casa y no es algo que esté buscando, lo que sí es seguro es que en la ciudad de México si me quedo porque no tengo otro lado, soy de los masoquistas que están aquí.
¿Qué piensas de la situación política que se vive en nuestro país?
Aparte de lo obvio, la sociedad dividida, que eso lo dicen en todos lados, me parece que es difícil lidiar con la polarización. Siento que en este momento estamos en la tablita de una crisis, creo que después de las elecciones y todo lo que le acompaña, la sociedad está muy resentida con lo que pasó en las elecciones, la idea de la imposición yo sí creo que prevalece en una gran parte de la gente y supongo que eso de la reconstrucción del tejido social me parece que es obviar las causas que originaron esta división. No se trata solamente de reconciliar, yo creo que es necesario replantear muchas cosas en la vida política y social del país, es valorar que pasó algo grave en las elecciones, no es normal que después de 20 años de la última elección que hubo fraude vuelva a pasar algo así. Creo que si no se atiende esa parte en lo electoral primero, que es donde está concentrado el conflicto, pero también están otros problemas como Oaxaca, que definitivamente tiene una razón mucho más profunda que un simple aumento salarial de los maestros. Creo que no se están atendiendo las causas profundas de los movimientos que se están viviendo y eso es grave porque a la larga sí puede traer una crisis mucho más difícil de enfrentar. También se puede estar muy bien, cerrar los ojos y decir: “bueno, ya tenemos presidente y no hay ningún problema”, pero lo que me queda a mí, por lo menos, es muy molesto. Pienso que de aquí en adelante se tienen que redefinir muchas cosas y no solamente en la parte de arriba sino en toda la sociedad, que al final es la más importante.
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